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Morón

CULTURA. Conferencia sobre A.Machado y M.Valiente, por Jacques Issorel. (Cuarta Parte)

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Rafael Alberti y León Felipe logran convencer a AM para que se marche de Madrid con su familia. Se refugian en Rocafort (Valencia) desde noviembre de 1936 hasta abril de 1938. 

Conferencia de Jacques Issorel , “Antonio Machado y Manolo Valiente: dos destinos paralelos”

Morón de la Frontera – 1 de marzo de 2018 CUARTA PARTE 

 

Rafael Alberti y León Felipe logran convencer a AM para que se marche de Madrid con su familia. Se refugian en Rocafort (Valencia) desde noviembre de 1936 hasta abril de 1938. Allí Antonio defiende la República con la pluma: poemas, artículos, discursos, como el que lee en la radio el 22 de noviembre de 1938. Empieza así:

 

“Más de una vez he dicho, y nunca me cansaré de repetirlo, que mi ideario político se ha limitado siempre a aceptar como legítimo solamente el gobierno que representa la voluntad del pueblo, libremente expresada […] Por eso cuando un grupo de militares volvió contra el gobierno de la República las armas que él había recibido para defenderla de agresiones injustas, yo estuve, sin vacilar, al lado de ese gobierno desarmado”.

 

 

Con el avance de las tropas nacionalistas, en abril de 1938 las autoridades republicanas instan a AM a trasladarse a Barcelona. Ya ha empezado la ofensiva para cortar en dos el campo republicano, que resiste en Madrid y ocupa la zona este: Cataluña, Valencia. Los Machado se albergan en el Hotel Majestic y después en la Torre Castañer, requisados por el gobierno republicano. AM sigue siendo activo a pesar de su estado de salud deficiente, agravado por la escasez de comida y de carbón. El 15 de enero de 1939, el general nacionalista Yagüe toma Tarragona. El 22 de enero, 3 días antes de caída de Barcelona, sale un convoy organizado por el gobierno republicano, que se dirige hacia la frontera. Tarda 5 días en llegar hasta Port Bou. Tienen que viajar de noche, pues la aviación franquista ametralla a las columnas de republicanos que huyen hacia Francia. El poeta y su familia cruzan la frontera el 27 de enero y, tras una noche pasada en un vagón abandonado en Cerbere, llegan a Collioure el 28 de enero. El jefe de estación, Jacques Baills, les indica el hotel Bougnol-Quintana. Al día siguiente, el mismo Baills, que vive también en el mismo hotel por ser jefe de estación interino, lee en la ficha de hotel que rellenó el poeta al llegar, el nombre de «Antonio Machado, profesor». Le pregunta si es el poeta cuyos poemas aprendió unos años antes en las clases nocturnas de español para adultos. Machado le contesta: «Sí, soy yo». Entre el poeta y Jacques Baills nace una amistad sincera. Baills habla con él, le presta libros, le enseña sus cuadernos de alumno donde copió de su puño y letra poemas como «Yo voy soñando caminos» o «Recuerdo infantil». Agotado por el viaje, el poeta no tarda en enfermar y muere el 22 de febrero, 26 días después de llegar. Muere exiliado, a pocos kilómetros de su amada España, cumpliendo la profecía de la última estrofa del poema «Retrato», que escribió 30 años antes:

 

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

 

 

En 1936 Manolo Valiente tiene 28 años. Se incorpora en la 28ª brigada del primer cuerpo de ejército y combate en el frente de Somosierra. En julio 1937 resulta gravemente herido en el accidente del vehículo en que se encuentra. Sufre una fractura de la columna vertebral. Lo atiende un equipo de emergencia, pero tiene que ser evacuado a Madrid. Lo ingresan en la clínica del Rosario donde el doctor Francisco Pérez Dueño le pone un corsé de escayola que le cubre el tronco entero. Lo evacuan a Alicante y en abril 1938 a Barcelona (¡como AM!). Ante la ofensiva franquista en Cataluña lo transfieren a un hospital entre Blanes y Lloret de Mar, y al poco, nuevo traslado, a Figueras esta vez. Los terribles bombardeos de Figueras (18 en total en 13 días, finales enero-principios febrero) que causan grandes estragos provocan un nuevo traslado a Darnius. Centenares de miles de mujeres, niños, hombres, presa del pánico ante la llegada inminente de las tropas nacionalistas, atestan las carreteras que llevan a Francia. MV decide pasar la frontera a pie. Sale de madrugada con otros heridos capaces de andar, pasan por el Coll [puerto] de Llí y llegan al pueblo francés de Las Illas a las 2 de la tarde. Los gendarmes lo conducen a una ambulancia, que lo lleva con otros heridos al hospital San Juan de Perpiñán. Estando los hospitales perpiñaneses rápidamente saturados, Valiente y otros heridos, se encuentran poco después en el hospital de Carcassone y, por fin, en el de Lezignan, donde le quitan el corsé de escayola. En los hospitales, y ya desde su estancia en Barcelona, empieza a escribir poemas. Entre ellos «Heladas las manos», que dedica a Gustavo Adolfo Bécquer. Dice así:

 

 

Heladas las manos
la piel de cristal
sus ojos vidriosos
ya ven más allá
y en último aliento
con trágico afán
aquel moribundo
aún pudo exclamar:

¡Qué frío más frío
el de un hospital!

…………………
Y cuando moría
tan solo en verdad
cogiéndose a las sábanas
aún pudo exclamar:

¡Qué frío más frío
el de un hospital!

Vinieron dos hombres
con gran soledad
sobre una camilla
su cuerpo a sacar
y en sábana oscura
envuelto se va
sin que le acompañe
ningún sollozar.

Más tarde en silencio
me doy en pensar
que aquel desgraciado
decía verdad.
La sala, sus ecos
en los que están
mil llantos prendidos,
todo hace exclamar:

¡No hay frío más frío
que el de un hospital!

 

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