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Morón

Murió “El Momo”, personaje popular de Morón de la Frontera

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Antonio Garroco fallecía ayer, tras no superar una grave enfermedad.  Su entierro se ha llevado a cabo esta mañana en la Iglesia de la Merced, a la que han asistido un gran número de familiares y amigos…

Antonio Garrocho fallecía ayer, tras no superar una grave enfermedad.  Su entierro se ha llevado a cabo esta mañana en la Iglesia de la Merced, a la que han asistido un gran número de familiares y amigos.

 

Antonio, al que  apodaron “El Momo” ,nació allá por los años cincuenta y tantos del siglo pasado,  en el seno de una familia humilde de gran tradición de la llamada ecuestre menor (mulas, asnos y pollinas), la cual tenía sus dominios en El Langostillo.

 

En el blog historiasdemoron.blogspot.com.es recogemos lo escrito por el “niño Gilena”, quién hacía un repaso de la vida del popular “Momo”, que comenzó  trabajando de acomodador y buscador de fumadores del Cine Oriente:  “Allí, apetacado detrás de su pequeña linterna y a la voz de “amos a callarmos” intentaba, casi siempre sin conseguirlo, averiguar cuál de los "hijoputas" niños había tocado el piano. Pasó el tiempo y he ahí que se empezó a convertir en un personaje fundamental de esta noble villa y, si no, qué sería de los eventos que se realizan en el pueblo sin que éste que suscribo no paseara con su cubo de cola, su pincel de mango largo y su rollo de carteles o, peor aún, cómo sabríamos la cara del alcalde al que tenemos que votar sin la participación de esta criatura en la publicación de fotos de los alcaldables en muros, fachadas y carteles, cómo sabríamos quién viene este año a El Gazpacho o a El Potage o con quién juega el Morón o el Santa María. 
 

En fin, fundamental para el pueblo la existencia de esta persona. Pero si por algo dejará huella en esta tierras será por tener las llaves de apertura y cierre de todos los eventos y saraos donde se requieran fuegos de artificio y coheteros, de hecho, el que lo conozca podrá discernir rápidamente que viene genéticamente preparado para ello, con su sempiterno cigarrillo rubio, negro o colorao, pegado en el labio de arriba, o sea, que la yesca la trae de fábrica."

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