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Morón

El Ayuntamiento de Morón colabora en la explotación laboral en Procavi enmascarada en acciones formativas

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Morón. Llevamos tiempo recopilando información sobre las condiciones en las que se encuentran, por un lado, los trabajadores de la empresa Procavi (Marchena), líder de la producción integral de carne de pavo…

Morón. Llevamos tiempo recopilando información sobre las condiciones en las que se encuentran, por un lado, los trabajadores de la empresa Procavi (Marchena), líder de la producción integral de carne de pavo en España, y por otro, los “alumnos” que, a través de un convenio entre el Ayuntamiento de Morón y empresas de trabajo temporal, realizan un curso de formación denominado “En faenas de matanza del pavo”.

En cuanto a esto último, hemos podido conocer que se incumple flagrantemente  el convenio firmado por el Ayuntamiento de Morón  en cuanto a que los “alumnos” estarían desarrollando actividades productivas en la empresa que debieran ser remuneradas, algo que taxativamente se prohíbe en el citado convenio.

Para quién no conozca cómo funciona este “curso” se lo pasamos a explicar someramente: los  cursos tienen dos acciones “formativas”, una teórica y otra práctica. Esta última tiene una duración de 115 horas que se desarrolla en la fábrica de Procavi en Marchena.

Son 20 personas las que hacen  el “curso”, que se repite cada pocos meses, de las que, tras el periodo de práctica, la empresa se compromete a contratar al 60% del “alumnado” durante 6 meses. No nos consta que exista ningún control de tal contratación.

Durante el mes, aproximadamente, que duran las prácticas, los “alumnos” se tienen que pagar los desplazamientos de Morón a Marchena, se pagan la comida y, según nos cuentan algunos de ellos, son introducidos en la cadena de despiece del pavo,  como un trabajador más, pero sin recibir un euro a cambio de su trabajo y contraviniendo la segunda cláusula del convenio suscrito por el Ayuntamiento de Morón que dice literalmente: “Los alumnos durante las actividades formativas no desarrollarán ningún tipo de actividad productiva que debiera ser remunerada, por lo que no percibirán salarios ni otros emolumentos por participar en esta acción formativa”.

En cuanto a las condiciones de los trabajadores de Procavi, un artículo elaborado en base a testimonios de ex trabajadores de la planta de Marchena y publicado en la web luchadeclases.org denuncia todo tipo de situaciones de explotación. Lo reproducimos a continuación:

Procavi: tecnificación por fuera, explotación por dentro

Escrito por Francisco Javier Romero (Morón de la Frontera-Sevilla)Domingo 18 de Septiembre de 2016

Explotación a costa de las necesidades

Procavi es una de las primeras compañías europeas en la producción integral de carne de pavo y líder absoluto en producción cárnica de pavo en España, con una cuota de mercado superior al 50%. Habitualmente se nos presenta en los medios como una empresa en expansión altamente tecnificada, destacable por su  innovación, crecimiento y estabilidad, así como por su “compromiso con sus empleados”. Sin embargo, en este último detalle los trabajadores de su fábrica en el municipio de Marchena (Sevilla) tienen bastante que decir al respecto.

La planta de Marchena

Las instalaciones en Marchena han catapultado a la empresa hacia el liderazgo de su sector, gracias a la riqueza que generan sus trabajadores día tras día en sus salas de despiece. En éstas, los empleados libran jornadas a un ritmo demoledor bajo unas condiciones de exigencia altísimas. Muchos de ellos se sienten vigilados tanto por las numerosas cámaras instaladas por toda la fábrica como por los inspectores de calidad. Algunos incluso llegan a trabajar con dolores musculares en los antebrazos provocados por las duras condiciones laborales, todo ello bajo la atenta mirada de los encargados. Cuando ya no aguantan más, los empleados suelen darse de baja al tener los tendones destrozados por despedazar pavos, un animal de gran tamaño que puede llegar a pesar 10 kilos. Una vez recuperados de sus lesiones y al pretender reincorporarse a sus puestos de trabajo, en muchas ocasiones son despedidos, razón por la que la rotación de la plantilla es muy alta. Algunos trabajadores nos cuentan que en el tiempo del descanso circulan entre la plantilla más pastillas para los dolores que cigarrillos y refrescos.

Los horarios son abusivos a más no poder. De hecho, la empresa ni siquiera respeta los días festivos. Si a un trabajador le toca ir a trabajar un 25 de diciembre o un 1 de enero, se incorpora a su puesto de la misma forma que cualquier otro día laborable. Algunos empleados afirman, no sin cierta ironía, que trabajando cogiendo aceitunas en el verdeo ganan más y trabajan menos que en Procavi.

Los empleados de las oficinas tienen unos sueldos y unas condiciones dignas, mientras que la mayoría de los empleados de despiece trabajan prácticamente en condiciones de esclavitud, con salarios que difícilmente llegan a los 900 euros si se descontaran las horas extras, festivos, vacaciones, etc. De este último grupo, un gran porcentaje tienen titulaciones universitarias y amplios estudios, mientras que la mayoría de los inspectores de oficinas tienen sobre todo vínculos familiares.

La inmensa mayoría de los empleados de Procavi no son de la empresa matriz, sino que están subcontratados a partir de empresas externas como Halia Servex y Minuscenter. Esto representa más beneficios para la empresa, dado que la misma no tiene que costearse el seguro de los trabajadores subcontratados, por ejemplo. Aunque estén sujetos a la misma explotación laboral, los subcontratados perciben un salario inferior y no tienen privilegios como las pagas dobles, las cuales sí perciben los trabajadores de Procavi, los cuales representan una ínfima parte de todos los empleados de la planta. De los 1000 puestos de trabajo que genera la fábrica, apenas 200 trabajadores son fijos de Procavi, y éstos son veteranos de la planta de los cuales la empresa no se puede desprender tan fácilmente. De ello se deduce que la externalización de servicios no es más que un método de la burguesía para explotar de forma más eficiente a los trabajadores, creando más empresas que se enriquecen gracias a su fuerza de trabajo a la que pretenden atomizar. Hacemos notar que detrás de estos entramados empresariales se encuentran grandes grupos de comercialización como Mercadona y El Pozo, especialistas en extraer beneficios de la explotación laboral.

¿Qué hacer?

Dentro de empresa existen unas divisiones abismales entre todos los trabajadores de las empresas de externalización de servicios y los de la propia Procavi. Se llega incluso a la separación física, impidiendo a la plantilla de la matriz acceder a las zonas de trabajo de los subcontratados. La estrategia de divide y vencerás impuesta por la empresa no puede quebrar los ánimos de sus trabajadores. Hay que buscar una alternativa a la falta de organización que provoca la estrategia de la empresa, y ésta pasa por agrupar a los representantes de todos los trabajadores de la planta en un mismo comité de fábrica de Procavi, en el cual se reúnan tanto los empleados de la propia Procavi como los de todas las empresas de externalización de servicios que operen dentro de la planta. Sólo si los trabajadores se unen de manera numerosa y de forma coordinada podrán empezar a poner fin a las condiciones de precariedad y atropello continuo de derechos al que se ven sometidos y luchar por sus intereses.

Ganan mucho dinero a nuestra costa. Pueden despedir a uno o a dos, pero no podrán despedir a cientos. Un día de producción les sale muy caro para arriesgarse a una parada. Es la hora de la unión.

NOTA: Este artículo ha sido elaborado en base a testimonios de ex trabajadores de la planta de Marchena, que prefieren salvaguardar sus identidades por miedos a represalias futuras o presentes contra familiares que siguen contratados.

Si trabajas en Procavi y quieres contactar con nosotros, puedes hacerlo a través del correorealidadprocavi@gmail.com

 

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