Una presentación magistral, Jacques Issorel nos invita a leer “Últimos días en Colliure,1939”

Morón. Unas cuarenta personas asistieron ayer, 23 de mayo, en el patio de la Casa de la Cultura, a la presentación del libro “Últimos días en Colliure, 1939 y otros estudios breves sobre Antonio Machado”  del hispanista …

Morón. Unas cuarenta personas asistieron ayer, 23 de mayo, en el patio de la Casa de la Cultura, a la presentación del libro “Últimos días en Colliure, 1939 y otros estudios breves sobre Antonio Machado”  del hispanista Jacques Issorel, catedrático emérito de la Universidad de Perpignan y máxima autoridad en la obra de Fernando Villalón como recordó Juan Diego Mata Marchena, director de la Biblioteca Pública, que ofició como introductor del acto.

Jacques Issorel dividió su intervención en dos partes. En la primera expuso la biografía de Antonio Machado basándose en varias fechas claves relacionadas con sucesos importantes de tipo personal y artístico.

Entre estos hitos se encontrarían el paso de una vida bohemia (aunque Machado nunca fue un vago) a otra de mayor responsabilidad personal y artística, alrededor de 1904. Acaba con la poesía intimista con una crítica a Juan Ramón Jiménez  y se abre a la realidad exterior. Los poemas en los que se describen los paisajes castellanos son un ejemplo de ello. Su traslado a Soria como profesor de francés, su casamiento con Leonor y su pronta muerte, con 18 años, sus traslado a Baeza y su regreso a Castilla, esta vez a Segovia, son sucesos importantísimos en su vida.

A partir de estas fechas su compromiso con la defensa de los derechos humanos y las libertades le hacen tomar una postura activa a favor de la República firmando manifiestos junto a Ortega y Gasset , Unamuno y otros.

Celebra la proclamación de la Segunda República en el Ayuntamiento de Segovia que saluda como una primavera (14 de abril) para España. Se opondrá al golpe del general Franco y por consejo de sus amigos poetas tales como Rafael Alberti y León Felipe, se traslada a Valencia desde Madrid. Y posteriormente a Barcelona.

En enero de 1939 Machado parte, como tantos, hacia el exilio con su madre, con su hermano José y con su cuñada. Morirá en Colliure el 23 de febrero de ese mismo año.

Para ilustrar todas esas fases de la biografía machadiana,  Jacques Issorel utilizó versos y poemas del autor de Soledades y Campos de Castilla, varios de los cuales recitó de memoria.

Posteriormente pasó Issorel a hacer una reseña del libro que presentaba. Se centró en los últimos días de Antonio Machado en Colliure. Nos explicó como conoció a Josep María Corredor quien le puso en antecedentes de la existencia de Jacques Baills, jefe de estación de Colliure en 1939, que trató a Machado y su familia durante esos días al estar alojado en el mismo hotel (el Hotel Bougnol-Quintana) en que se alojaron ellos.

Los testimonios de Baills y de Juliette Figueres, que Issorel  recogió en una grabadora, son la base de los “Últimos días de Antonio Machado en Colliure”

 Terminó su exposición haciendo referencia a una carta inédita de José y Joaquín Machado al hispanista Marcel Bataillon y a ciertos avatares del enterramiento de Antonio Machado. En ese sentido valoró el trabajo de la Fundación Antonio Machado de Colliure para dar una digna sepultura a nuestro gran poeta y mantener su memoria.

Antonio Machado, nos dijo, sigue recibiendo cartas.

El artista moronero Manolo Valiente, republicano exiliado en Francia ya fallecido, amigo y compañero de Jacques Issorel en la Fundación Antonio Machado de Colliure, tuvo la feliz idea de colocar un buzón en la tumba de Machado. Dichas cartas se archivan convenientemente gracias a la colaboración de un equipo de una universidad española.

La atención del público asistente fue tal que tuvimos ocasión, durante todo el tiempo, de escuchar perfectamente no sólo  el estupendo castellano de Jacques Issorel, que habla con una voz baja, sino también el sonido de la caída del agua del surtidor que queda en el centro del patio donde tuvo lugar su disertación.

Gracias, Jacques, por luchar contra el olvido.

Juan Segura Fernández.